Vivir hoy sin dejar de soñar

Hoy hablábamos con una amiga sobre el futuro e intentábamos imaginar qué estaremos haciendo dentro de un año. Cuando una tiene un objetivo claro con metas y plazos establecidos es fácil decir cómo nos vemos dentro de un año, aunque luego la vida de mil vueltas y nos encontremos haciendo algo diferente de lo que teníamos en mente. Pero no siempre tenemos tan claro lo que queremos para nuestro futuro. Soñar es maravilloso y no deberíamos nunca dejar de soñar como cuando somos pequeños. Es genial desear algo y hacer planes para conseguirlo, sea material o espiritual. Pensar lo que queremos, soñarlo, visualizarlo, planificarlo, saborearlo antes de que se convierta en realidad son grandes placeres que yo en particular disfruto mucho. Sin embargo, muchas veces he tenido la sensación de no disfrutar el momento por querer vivir ya esos sueños hechos realidad. Es decir, pensando en mis sueños me he perdido la realidad. Por suerte, siempre hay alguien que me recuerda que hay que disfruta...