Soltar y confiar

Inicié este blog hace más de siete años, un día en el que me desperté con muchas ganas de vivir y disfrutar mi vida. Llevaba días intentando escribir en mi blog de literatura en el aire, en el de política, en el de Tele y educación, pero no me ponía. Algo me frenaba y ese algo era el deseo intenso de salir a la calle, de darme un paseo, de renovar aires y sentir que estaba disfrutando mi vida. Así fue como decidí empezar a escribir este blog con la idea de ayudar a otros a disfrutar la vida. Y no hablo del mañana, o de recordar el pasado, sino del hoy. Esa era mi idea. La misma intención que me trae hoy por aquí y la misma que me llevó a estudiar el curso experta en coaching y la misma que me lleva a compartir todo lo que aprendí este año en torno al coaching y a la gestión emocional con quien quiera leerlo, aprender conmigo y seguir creciendo.

Tal como predije hace más de siete años, este blog tiene sabor a cambio porque el mundo necesita un buen cambio, porque la vida es cambio, y porque los seres humanos vivimos en constante cambio. Y de ese cambio va este post. De cambiar, de soltar y confiar.

La semana pasada entregué todas mis tareas y el proyecto final de mi formación como coach y me sentí muy feliz a la vez que me entraron una serie de nervios, como una pequeña ansiedad por lo que vendrá. Siempre me ocurre esto cuando inicio un gran viaje, incluso cuando inicio alguno no tan grande. Y de eso se trata. De un viaje. Y el viaje conlleva cambios y con los cambios vienen nuevas sensaciones, nuevas experiencias, pero también nuevos miedos, nuevas emociones. ¿Y cómo me relaciono con ellas?

Hoy tuve mi última sesión con mi mentora del curso, una persona maravillosa que me ha acompañado en estos ocho meses de formación como ninguna otra persona. Ha sido una maravilla poder contar con su apoyo y esta mañana me ha dicho dos palabras clave en este cambio de vida que he iniciado: soltar y confiar.

Soltar lo que tengo dentro, soltar mis miedos, soltar el apego a las relaciones, a las opiniones de los demás, soltar esa necesidad de aprobación, soltar los juicios y prejuicios, la inflexibilidad, la intransigencia. Soltar y dejar ir. Aceptar la libertad de pensamiento, la libertad de los demás, del mundo, y conectar con mi propia libertad. Soltar y aceptar para confiar.

El soltar es la parte que más me cuesta, y no hablo de lo material, sino de lo emocional. Soltar esa necesidad de aprobación, de cariño, de amistad, de acuerdo... esa necesidad de confirmación, afirmación y reconfirmación que a veces tengo. ¿Para qué? ¿Para qué necesito que otros me digan "lo estás haciendo bien, Romina, estás en el camino correcto". No lo necesito. Me gusta recibir esa confirmación, sí, me encanta, sobre todo si viene de personas muy cercanas, de mi pareja especialmente, y eso lo tengo. Pero, no quiero necesitarla. Y ahí aparece el tema de la confianza.

Confiar en mí misma, en que sé hacer las cosas, en que sé lo que quiero y hacia donde voy. Confiar en mí y en mis deseos, en mi libertad y en el disfrute, confiar en lo que creo y en lo que pienso. Confiar en mis principios y valores. Entender que esta es mi historia de vida y que cada persona tiene la suya y podemos pensar diferente, lo hacemos, pensamos diferente porque vemos la vida con miradas diferentes, desde nuestra propia historia personal. Ahí radica mi libertad.

Confiar en que seré capaz de crear, de escribir, de transmitir, de compartir y de vivir sesiones de coaching y formaciones de autocuidado, de mindfulness, de liderazgo, de comunicación, de gestión emocional y de todo lo que me proponga compartir. Confiar en que seré capaz y que lo haré porque mi misión es esa, compartir lo aprendido, acompañar a quien lo desee a conocerse, a descubrirse para ser cada día un poquito más feliz y disfrutar de esta vida desde el amor, la aceptación, la libertad y la confianza en la vida, en el mundo y en una misma.

Así que en esto estoy... soltar para confiar.

Soltando al aire_RominaHidalgoMarchione
Soltar y confiar | rominahidalgomarchione.com


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