En busca de la felicidad

Ya no recuerdo la última vez que me senté a escribir sobre la felicidad, sobre las emociones, sobre disfrutar la vida... ya no recuerdo la última vez que me senté a escribir en este blog pero seguramente fue hace más de dos años. Y ¿por por qué dejé de escribir? Ya ni me acuerdo tampoco. Qué selectiva es la memoria, ¿no?

Esta post es especial para mí porque estoy en un momento de mi vida especial. La semana pasada cerré un ciclo laboral, más de dos años trabajando en la ONG donde había soñado trabajar, porque los sueños están para cumplirlos y eso hice. Pero el sueño se acabó, quizá antes de que me despidieran, pero no voy a entrar a darle vueltas a ese asunto porque el pasado ya pasó y lo que importa ahora es el presente, el momento actual. Y eso es lo que me trae al blog ahora mismo. El momento presente.

La búsqueda de la felicidad ha sido para mí siempre un tema importante. Me la he pasado buscando la felicidad en una relación de pareja, en grandes amistades, en una carrera universitaria, en grandes viajes, y en mil cosas que a veces me dieron felicidad y otras no tanto. Y estos días me ha dado por volver a pensar que la felicidad está en las pequeñas cosas. Pero ¿eso significa que ya no vas a viajar más? No, no significa eso para nada. Simplemente, significa que me gustaría aprender a valorar más los detalles del día a día, el canto de los pajaritos que escucho mientras escribo, los besos y risas de mi pequeño (sí, tuve un hijo hace un año), los abrazos de mi compañero de vida (este año hará seis que estamos juntos), los atardeceres en la ciudad, el sonido de las hojas del parque... y un sinfín de detalles que hacen que me sienta viva y feliz de lo que soy y lo que tengo y me rodea.

Sigo en busca de la felicidad, no nos vamos a engañar, pero esta vez afino un poco más, apunto a lo pequeño, a la cotidianidad y algo me dice que voy a acertar. Y ahí lo dejo... que en esta nueva vida que acabo de empezar, lo breve dos veces bueno.



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