Luchar contra las injusticias es también honrar la vida


Hace unos diez días (11 de julio para ser exactos) llegaba a Madrid la marcha minera desde el norte de España en reclamo por los recortes en el sector. La Asamblea del 15M de mi barrio consensuó acudir a recibirlos en apoyo a su lucha. Y allá fuimos. Así comenzó un trajín de manifestaciones que no ha cesado y que parece no cesará durante mucho tiempo. “Se avecina un verano calentito” sugería un amigo y no hablaba del calor natural de ésta época del año. Ya veremos cuánta razón tiene pero no me extrañaría que terminara el verano con la dimisión de los actuales gobernantes. 

Fuente:  http://jovenesrepublicanos.blogspot.com
Cuando tomé la decisión de ir a apoyar a los mineros pensé en esas familias para las cuales el trabajo en la mina es su sustento de vida. Si bien apoyo la idea de que tiene que haber una reconversión del sector y que el futuro (y el presente también) está en las energías renovables, también sé que esto no se consigue de un día para el otro y mucho menos recortando los presupuestos destinados a que se produzca esa transición. En definitiva, los mineros reaccionaban contra un recorte del gasto público que les afecta a sus vidas y muchos en Madrid decidimos apoyarlos como cuando apoyamos la marea verde (personas afectadas por los recortes en el sector educativo).

Dos días después de la marcha minera se convoca por redes sociales una manifestación contra los recortes anunciados por el gobierno el mismo día que los mineros llegaban a Madrid. Recortes en sanidad, educación, salarios de funcionarios, etc. La manifestación del viernes comenzó en la sede del PP y terminó en Sol (algunos continuaron hacia Congreso y posteriormente hacia Gran Vía). Lo del 13 de julio fue emocionante porque grupos de personas se unían espontáneamente a la marcha contra los recortes ya fuera en Cibeles, en Atocha, en Sol, en Gran Vía. Muchos coches paraban a nuestro paso y se unían con aplausos. Vecinos de la zona salían por sus ventanas golpeando cacerolas. Incluso hubo quién se levantó de su mesa en la terraza de un bar y se unió a la caminata con cantos y aplausos.

Fuente: maspublico.com
Y así llegamos a esta semana en la que continuaron las manifestaciones de funcionarios (de justicia, de sanidad, policías, bomberos, etc.); y otras acciones concretas contra los recortes en sectores determinados. Hasta que llegamos al jueves cuando cerca de 500.000 personas (algunos medios hablan de 300 mil y otros de 800 mil) se reunieron en Madrid (también hubo manifestaciones en otras ciudades de España) contra los recortes. Si bien la manifestación fue convocada por los sindicatos mayoritarios posteriormente se adhirieron no sólo sindicatos más pequeños sino también asociaciones de vecinos, el bloque 15M, organizaciones pro derechos humanos, algunas ONGD, y mucha gente en general descontenta con la situación actual que atraviesa España. En los cantos se pidió la dimisión del gobierno entre otras cosas. 

Fuente: propia
El 19J fue curioso. Caminamos de Neptuno a Sol pasando por Cibeles y Gran Vía rodeadas de personas de distintos sectores de la población. En el camino pude contar hasta 100 personas con camiseta de la policía, algunos locales y otros nacionales. También se veían numerosas camisetas de la marea verde. Pero lo que más sorprendía es la cantidad de bomberos, hombres y mujeres, con sus cascos y sus pancartas reclamando sus derechos como lo hacen desde hace casi diez años. A su paso la gente coreaba y aplaudía y les abrían paso como si de héroes se tratase. También fue el colectivo mejor recibido en Sol donde estaba esperado que terminase la marcha. Sin embargo, no terminó ahí. Nos fuimos al Congreso de los Diputados con un grupo de bomberos a la cabeza de la marcha y otros grupos de bomberos en medio y detrás. Y ahí estuvimos coreando consignas contra el gobierno, los recortes, la reforma laboral, etc. hasta que la gente se empezó a disgregar. Tras la partida de un grupo de bomberos los manifestantes nos empezamos a disgregar y ahí empezó la represión policial.

La represión

La sensación que produce ver a cientos de personas (entre las que había bomberos y policías) enfrentarse a un grupo reducido de personas (los policías antidisturbios) al otro lado de la valla es de impotencia. Cuesta entender que un grupo reducido de personas tengan el poder de reprimir una manifestación y pegar a las personas, sea con porras o con balas de goma, mientras éstas reclaman sus derechos y luchan contra una situación injusta.

¿Dónde queda la humanidad de estas personas que golpean a gente indefensa simplemente porque tienen el acceso a las armas de forma legal? ¿De verdad el pueblo les dio la autoridad para hacer eso? Me plantea muchas dudas. Siento que hemos equivocado la forma de hacer las cosas. Se supone que el trabajo de la policía es proteger al ciudadano y no atacarlo; es perseguir los delitos y detener a los delincuentes para, una vez más, proteger al ciudadano. ¿Cómo se explica, entonces, que detengan a periodistas que hacen su trabajo de informar de lo que ocurre? ¿Cómo explicamos que detengan a un vecino porque está grabando con su móvil mientras pegan a un manifestante indefenso? ¿Cómo se entiende esto?



Perdón por irme de las ramas y por salirme del tema central que era la lucha contra las injusticias como una forma de “disfrutar” la vida, o mejor dicho, de honrar la vida y aprovecharla para que todos podamos ser felices y convivir en paz. Es cierto que esto abre otro debate sobre lo que significa disfrutar la vida para cada uno de nosotros y sobre lo que significa ser felices. Y sería muy largo tratarlo ahora… Pero bueno, este post es un poco espontáneo y surge a modo de resumen de lo que se está viviendo en España ahora mismo y de las reacciones de la gente y de las sensaciones que me produce.

Y para cerrar, una frase de Gandhi: “Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”.


Comentarios

  1. Te perdono por salirte del tema central. Para q yo pueda disfrutar de la vida es importante que los demás también puedan, así que tengo que luchar por los derechos de todos, o como tú dices, "para que todos podamos ser felices y convivir en paz".
    Un abrazo!

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